Propiciadores del vuelo. Teatro de manufacturas humanas. Hijos bastardos de la posmodernidad buscándose en el nuevo paradigma del mundo.
Agua Blanca
Agua Blanca

Agua Blanca

por Alegría Martínez

Agua blanca de John Jesurun es la escenificación de un ping pong emotivo y mental, en  el que intervienen los detonadores y pilares de la vida humana; fe, religión, engaño, poder, pureza, miedo, misterio y la necesidad urgente, para unos de creer que existe un ente superior, para otros de comprobar el hecho y para otros más, de demostrar que esto es imposible.

Sólo iluminado por unas cuantas luces que emergen directamente del techo, sobre un escenario oscuro en el que no hay más que una mesa y dos o tres sillas, cinco personajes, hombres y mujeres, acosan mediante un largo y tenso interrogatorio, a un chico de trece años que dice haber visto y hablado con una aparición.

El joven, bombardeado con preguntas por parte de un sacerdote, una locutora televisiva, una estudiosa del género humano y dos hombres más, responde ágil, clara y velozmente a todas las interrogantes como si se tratara de un partido de tenis de mesa en el que tanto respuesta como pregunta vendrían a ser la pelota, constituida por frases certeras, redondas, completas y cargadas de una lógica aplastante que permiten el rebote preciso a la raqueta del contrario.

Un teatro depurado y profundo sobre el terrible caos que genera un suceso sin explicación comprobable en un grupo de personas, y la forma en que el transmisor, visionario o comunicador del suceso en cuestión, puede edificar o destruir el mito, en la misma medida en que puede fortalecer o debilitar la fe, la creencia o la teoría sustentadora, la convicción y la tranquilidad de un ser humano.

Identidad Gráfica

El texto, la dirección y el trabajo actoral de esta puesta en escena se ven inteligentes, pensados, imaginados. Así pues, Agua Blanca es un reto para la inteligencia del espectador y una caricia para su sensibilidad.

XIMENA ESCALANTE + REFORMA + 2001

Un teatro altamente intelectual, con preocupaciones metafísicas, bastante nihilista en cuanto a la condición humana, con una escritura apretada y recurriendo a la palabra casi en un sentido bíblico.

BRUNO BERT + TIEMPO LIBRE + 2001

Esta obra que indaga sobre la necesidad y el terror de lo sagrado, la angustia ante la posibilidad de no ver lo que otros, de ver lo que otro no, sobre la fe, el poder y la televisión, aborda con oficio y ánimo de riesgo un tema provocador.

LUZ EMILIA AGUILAR ZINSER + REFORMA + 2001

Seis muy buenos actores, 10 lámparas y una mesa fue todo lo que necesitó el director Martín Acosta para hacer Agua Blanca, interesante montaje que cuestiona nuestra capacidad de tener fe y las implicaciones de creer ciegamente en algo.

CARMEN ZAVALETA + EL ECONOMISTA + 2001

Un teatro depurado y profundo sobre el terrible caos que genera un suceso sin explicación comprobable en un grupo de personas, y la forma en que el transmisor, visionario o comunicador del suceso en cuestión, pueden edificar o destruir el mito, en la misma medida en que puede fortalecer o debilitar la fe, la creencia o la teoría sustentadora, la convicción y la tranquilidad de un ser humano.

ALEGRÍA MARTÍNEZ + EXTRAVAGANCIA + 2002

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