Propiciadores del vuelo. Teatro de manufacturas humanas. Hijos bastardos de la posmodernidad buscándose en el nuevo paradigma del mundo.
Hamlet
Hamlet

Hamlet

Una puesta en escena de Hamlet.

Una apuesta en escena de Hamlet.

por Martín Acosta

Pienso que hacemos teatro por optimismo, como una manera de conjurar los presagios, los signos. A la muerte, pues. Y si el signo es que Dinamarca se derrumba, que asistimos al fin de una nación, de una forma de vida, o de una forma de vida como la hemos concebido, como creímos que podríamos vivirla, es porque no queremos que Dinamarca se derrumbe. Pienso en Fortimbrás que no llega casualmente a tomar nuestro país. Escucho sus pasos cuando camino solo por las noches. A veces me da miedo y pienso entonces que Hamlet está más allá del miedo. Porque Hamlet no teme a la muerte; no es esa la cuestión (… the question). Finalmente tampoco quiere morir, es más, se aferra a la vida. No basta con saber que morirá pronto, (porque desde luego todos moriremos pronto y Hamlet es sólo nuestro espejo), es saber que el mundo está trastornado y que yo he nacido para volverlo a su sentido (…that ever I was born to set it right).


Pienso en las casi veinte personas involucradas en este proyecto y en por qué decidieron hacer Hamlet. Y soy optimista. Una puesta en escena isabelina (un poco histórica, isabelina como arbitrariedad) con trajes isabelinos para una aventura en el medioevo, un actor adolescente que hace al cómico que hace a la reina, un palacio y el cuarto de monitores porque creo que el espectro del rey Hamlet se aparece hoy en el cuarto de monitores donde se vigilan los accesos del palacio y que lo que muerde los huesos no es sólo el viento.

Teatro de Arena returned to Cádiz this past year with Acosta’s chamber production of Hamlet. Acosta’s staging incorporates his trademark experimental techniques to create a bold, muscular reading of the play. The cast featured a macho young Claudius opposite a black Gertrude, and an Ophelia manipulated and abused by the male dominated court.

LINDY ZESCH + AMERICAN THEATRE + MAY/JUNE 1998

En lo concerniente a lo meramente teatral, la palabra y la acción, el gesto y la evocación se hicieron eco en una noche en que Hamlet y México ocuparon el escenario, poniendo de relieve el momento de creación en que el país mesoamericano se está desenvolviendo en el contexto cultural de América Latina.

VÍCTOR AMAR + CÁDIZ + 1997

Desde su estreno, Hamlet ha registrado llenos totales debido, en buena parte, a los jóvenes que han descubierto en Shakespeare a su pensador favorito ¡por moderno!

PEDRO CASANOVA ASCORVE + 1997

Hamlet de Acosta y Moncada es un montaje bárbaro. Se ve mucho trabajo y eso es de admirarse. Sin embargo, son los resultados los que darán mucho de qué hablar y, sobre todo, el estilo posmodernista que lo genera. Así entonces, Hamlet ha sido reinvocado. Reconozcamos a Hamlet. Leámoslo.

GONZALO VALDÉS MEDELLÍN + SIEMPRE + 1997

Las ideas que me parecieron más claras fueron la descomposición de un mundo que asfixia a los más jóvenes, los que sucumben a la desesperanza ante el atropello y la ambición de los que llegaron antes, y la posibilidad, no inédita, de un joven Hamlet común que titubea frente al horror de su circunstancia.

LUZ EMILIA AGUILAR ZINSER + REFORMA + 2007

¿La tragedia de Hamlet, escenificada en un escenario pequeño? ¿Utilizando un lenguaje más cotidiano que lo habitual?… Luis Mario Moncada y Martín Acosta así lo han decidido. ¿Irreverente la proposición? Puede ser, pero nadie puede negar la calidad al profundizar con su versión los valores del Hamlet de Shakespeare e incluso recordarnos a Tom Stoppard con las participaciones de Mario Oliver y Juan Carlos Vives como Rosencrantz y Guildenstern. De ahí que no resulte extraño que el espectador se encuentre expectante para disfrutar de tan conveniente montaje.

ALEJANDRO G. DANIELLY + EXCELSIOR + 1997

En uno de esos trabajos de laboratorio donde todos los que intervienen aportan su respectiva dosis tanto de esfuerzo como de compromiso, los más de los también jóvenes intérpretes aquí inscritos tienen en sus manos un examen que consiguen librar con altas calificaciones.

MARIO SAAVEDRA + SIEMPRE + 1997

Ahora este Hamlet según Martín y Luis Mario divide opiniones, desde el aplauso incondicional de sus seguidores, hasta el rechazo de los ortodoxos, por la adaptación libre del texto, por el desempeño de los actores y por la concepción escénica del director.

VÍCTOR HUGO RASCÓN BANDA + PROCESO + 1997

En un escenario vacío, con trampas que lo mismo pueden ser la tina en que yace Ofelia, el lugar donde se oculta Polonio, o la tumba que abre el sepulturero, la luz casi se convierte en escenografía. Surge de hoyos en el escenario, como un cielo invertido, se juega en un espejo, refleja en los adornos del espectro y su acompañante, ambienta cada escena. Se debe a Matías Gorlero, como el muy buen vestuario a Sara Salomón y el diseño sonoro a Héctor González Barbone.

OLGA HARMONY + LA JORNADA + 1997

Podemos decir en resumen que se trata de una buena puesta en escena, con todas las complejidades que la obra implica y que se dificulta con la duración de la misma, poco apta para público que está acostumbrado al vertiginoso lenguaje del cine o a la simplicidad de la televisión.

ROBERTO PEREA + 1997

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